Cuando se trata de un proyecto de vida vienen a la mente un amplio mundo de posibilidades, cuando se trata de tu vida específicamente hay que conectarse con lo que eres o con lo que crees que eres. Sabes realmente ¿quién eres? Te has realizado esa pregunta con cuanta frecuencia, has obtenido respuestas, aquí voy a contarte cómo fui respondiendo esa gran interrogante.

Salí de mi zona de confort y coloqué en un camión 750, veintiún años de mi vida, rumbo a un proceso de crecimiento y evolución; elegí formarme como coach profesional para tener una herramienta adicional con la cual apoyarme al seguir dando pasos desconocidos hacia la zona mágica de la transformación y desarrollo personal a la que la vida o mi alma me estaban sometiendo.

Atrás quedaron muchos años de una profesión amada, llena de cotidianidad, automatismo y rutina, llena de logros y metas en lo administrativo, técnico, bastante planificada y cuadrada; estaba presente siempre el éxito profesional, la vida familiar, y el sentir que algo faltaba, que había algo que mueve y apasiona a las personas, las hace plenamente feliz y no lo ven como trabajo, esto último parecía una utopía; pensé ¡Eso no existe!

Caminando hacia la zona mágica, me pregunté: ¿cuál es mi pasión?, ¿Será que no tengo pasión? ¿es mi profesión? ¿es un oficio? ¿es una afición? Pues ni idea, concluí: “No tengo pasión”.  Aprendí como coach a hacer preguntas, me dije: ¿qué es lo que más me pregunta la gente? ¿Para que soy buena?, allí mis pensamientos concluyeron que la llegada del coaching a mi vida era la pasión perdida que andaba buscando o la que me encontró.

¿Cómo lo supe? coaching es una actividad que sumada a otras herramientas me llena de alegría, satisfacción, lo haría siempre; observar, sentir y escuchar que los resultados que obtienen tus clientes y sus logros los lleva a realizar cambios importantes en su vida y ser el canal que guía en ese proceso a obtener un resultado extraordinario, es genial, maravilloso; ahora, ¿qué hacer con este descubrimiento, con esta nueva experiencia?

Darnos cuenta, descubrir nuestros dones y talentos, es entrar en conexión interna con nuestra energía e inteligencia divina, viajar a nuestro interior y seguir descubriendo capacidades, fortalezas, reconocer debilidades y tomar todo para ir a la magia de nuestro ser, de nuestra alma, de nuestra esencia; así definimos lo que queremos proyectar al mundo y generar nuestro proyecto de vida desde el “auto conocernos”, iniciemos con estos pasos:

  • Conceptualiza lo que quieres
  • Define cómo lo quieres
  • Qué recursos necesitas
  • Para cuando lo quieres – plan
  • Para qué lo quieres – propósito

Ser tú y saber quién eres, deja una huella imborrable en tu andar por el mundo; así pues, “Que tu marca sea tu marca y deje huellas”. haz click aquí para guiarte en lo que necesites.

 

Carmen Julia Rebolledo T

Coach de Vida y Mentor de Marcas

CEO CReCEmpresa

@crecempresa

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